Vitsa panorámica de Toledo |
Calzada romana |
Es también
probable, que la ciudad albergase diez sinagogas, sin embargo, solo dos permanecen en pie actualmente, Santa María la
Blanca y Nuestra Señora del Tránsito, actual museo sefardí, lo que induce a
pensar que era el barrio de la Judería.
Toledo ha pasado
a la historia como un modelo de convivencia entre tres culturas diferentes:
judíos, musulmanes y cristianos. Sin embargo muchos estudios históricos están
acabando con este mito. La relación no fue siempre fácil. Hubo momentos de
tranquilidad y hechos que rompieron la posibilidad de entendimiento.
Parece cierto,
que el período musulmán trajo consigo
una etapa de cierta tranquilidad, ya que la nueva clase dominante musulmana
permitió a judíos y cristianos celebrar sus propios ritos. La razón: las tres religiones
son monoteístas; además, judíos y cristianos comparten parte de sus Sagradas Escrituras (la Tanak judía viene a ser el Antiguo Testamento de la Bilblia) las cuales presentan diversos elementos que se recogen en el libro sagrado del Islam, El Corán.
Mezquita del Cristo de la Luz |
De tal forma,
que algunos monarcas cristianos, como Alfonso X, llegan a proclamarse
emperadores de dos o de las tres religiones. E incluso, algunos monarcas, como Alfonso VII o Fernando II, intuyeron la necesidad de
esa convivencia pacífica. En este sentido, podemos mencionar el hecho de que
Fernando II ordenara escribir su epitafio en las lenguas árabe, hebrea y
castellana.
Catedral de Toledo |
La convivencia de
todas formas, hay que tomarla de manera cautelosa y sería mejor hablar de
coexistencia, ya que, si bien Toledo vivió un período de esplendor cultural en
el que las tres culturas habitaron la ciudad,
lo hicieron con relativa armonía en barrios completamente independientes,
con sus mezquitas, sinagogas e Iglesias. Cristianos, musulmanes y judíos se
respetaron, pues convivían, pero también luchaban por el poder en la Península
sin pretender renunciar a sus costumbres o privilegios.
Cierto, que los
reyes cristianos no dudaron en incorporar a la corte a médicos, consejeros y
tesoreros de origen judío, de forma que la judería creció, pero también lo hizo
la población cristiana, compuesta por personas provenientes del norte, y
favorecidas por los fueros concedidos por el rey, como agradecimiento a su participación
en las guerras de conquista de tierras que antes pertenecieron a los
musulmanes. Mientras, los aristócratas musulmanes decidían emigrar hacia las
ciudades del sur de Al-Andalus.
A pesar de los
deseos románticos, la Judería debió de ser un barrio amurallado con sus
específicas entradas, su zoco, sus centros de estudio, sus baños y sus
sinagogas.
El Toledo medieval
fue el resultado del sucesivo asentamiento de culturas bien diferentes; la
hebrea, musulmana y cristiana que lograron convivir, aunque solo fuera por
obligación, con sus dispares formas de entender la organización social,
religiosa o económica.
San Juan de los Reyes |
Los árabes, en su
expansión por Bizancio, herederos de la antigüedad griega y romana, asimilaron,
tradujeron, estudiaron, comentaron y conservaron las obras de aquellos autores,
y finalmente las trajeron consigo hasta la Península Ibérica junto con un
ingente bagaje cultural que ellos mismos habían generado.
Parece ser, que
la Escuela de Traductores de Toledo tuvo dos periodos separados por una fase de
transición. El primero fue el del arzobispo don Raimundo que, en el siglo XII,
impulsó la traducción de obras de filosofía y religión del árabe al latín.
Gracias a esta labor comenzó a conocerse el aristotelismo neoplatónico. Se
tradujeron libros de Aristóteles comentados por filósofos árabes, de autores
hispano- judíos, y también se tradujeron el Corán y los Salmos del Antiguo
Testamento. Por otra parte, en esta fase se empieza a recibir la ciencia
oriental en Europa, a través de las traducciones de obras que sirvieron de
manuales para los universitarios hasta el siglo XVI.
Sinagoga de Santa María del Tránsito |
Probablemente,
fue Alfonso X el máximo impulsor de la Escuela de Traductores de Toledo. Fue un
rey interesado por multitud de disciplinas de la época: las ciencias, la
historia, el derecho, la literatura etc. Se rodeó de sabios musulmanes y
judíos, fue mecenas de eruditos y trovadores y a él se debe, en gran medida, el
florecimiento de la cultura en esta época.
En conclusión,
con el ejemplo de Toledo quedaría claro que el saber va de la mano del respeto,
de la tolerancia y la cooperación, mientras que la ignorancia es cuna de
fanatismos, integrismos e intransigencias.
Grupo para el Fomento de las Humanidades
Colegio Virgen de Atocha
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